Amarrados en una boya, en la Conca del Sogno

Después de nuestra pequeña aventura para conseguir combustible, llegamos a nuestro primer destino. Es una preciosa  cala, con una pequeña playa, y un restaurante, que dispone de boyas para los barcos que van a usarlo. Cuando llegamos el Olivya ya esta amarrado, y nuestra boya es de las últimas, y bastante exterior. Hay algo de viento variable, por lo que borneamos bastante.

Conforme cae el día, las boyas se van liberando, y decidimos movernos a unas más cercanas a tierra. A las 21:00 viene a recogernos una pequeña barca, que nos lleva al restaurante. Después de una buena cena, volvemos al barco por el mismo sistema. Negociamos no tener que pagar la boya al haber cenado en el restaurante.